La dieta japonesa se basa en comer pescado, verduras y arroz. Y si tu alimentación la complementas con algunos otros hábitos como meditar, caminar y disfrutar al máximo cada momento de la vida, podrás gozar de una buena vida y un excelente estado de salud.
La dieta japonesa es una de las más saludables que existen a nivel mundial al igual que la dieta mediterránea. En Japón llevar este tipo de alimentación es muy frecuente ya que forma parte de su cultura y se va transmitiendo de generación a generación para que nunca se pierda esa esencia, además así también la gente está consciente de los alimentos que debe ingerir para poder estar sana y mantener un buen peso.
Asimismo, la dieta japonesa es muy eficaz cuando se trata de bajar de peso, de hecho hasta se han realizado investigaciones sobre este tema en donde se ha determinado lo eficiente que es y los beneficios que brinda al organismo. Este tipo de alimentación se caracteriza por la presencia pequeñas porciones, alimentos frescos, arroz, pescado, bebidas vegetales. En realidad es una dieta muy sencilla pero con sabores increíbles, así que no lo pienses más y motívate a aprender a preparar los platillos de la dieta japonesa y adelgaza esos kilos que tienes de más.
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Las claves de la dieta japonesa
Los habitantes de Japón suelen ser los más longevos a nivel mundial, es decir los que viven más tiempo, además de que por lo general son muy saludables, están siempre en buen estado físico, delgados y esto se debe fundamentalmente al estilo de vida que lleva, especialmente por su manera de alimentarse que es tan saludable. A continuación encontrarás algunas pautas para llevar a cabo la dieta japonesa.
- No apresurarse al comer: Procura comer a una velocidad menor para que así tu cerebro pueda mandar la señal cuando estés saciado o hayas comido lo suficiente. Comer rápido, en Japón está relacionado con comer más de lo debido y sin siquiera darse cuenta la persona. Una de las razones por la cual los japoneses saben que están satisfechos es porque suelen comer con palillos, y al comer de esta forma tardan más tiempo en alimentarse. Como mínimo deberías durar 20 minutos en cada comida.
- Consume menos carnes y lácteos: En la dieta japonesa no hay mucha presencia de carne si se compara con la dieta occidental. Asimismo, los productos lácteos también se consumen en cantidades muy mínimas. Cabe destacar que tantos las carnes como los productos lácteos tienen demasiada grasa y aportan muchas calorías.
- Controla las porciones: Los japoneses suelen servir en platos diferentes cada alimento, lo cual engaña al cerebro y hace que perciba a las porciones de mayor tamaño que lo que realmente son, además por lo menos uno de los platos servidos es muy bajo en calorías. Se estima que un plato de comida japonesa tiene alrededor de 300 calorías, lo cual es una cantidad aceptable.
- Desayuna completamente: Los desayunos japoneses se caracterizan por la abundancia, por ejemplo un desayuno usual en Japón sería un poco de salmón a la plancha, sopa de miso, arroz y tortilla. Otra dato fundamental es que por lo general en Japón no se comen meriendas o snacks luego de las 4 p.m.; y cuando llega la hora de cenar se ingieren pescados y verduras, y la ingesta de postres es muy mínima.
Los alimentos esenciales en la dieta japonesa
La dieta japonesa está conformada por alimentos muy básicos y fáciles de conseguir, entre los cuales destacan:
- Arroz: Es el alimento base, en la mayoría de las comidas está presente; sin embargo hay que procurar que el arroz que se consuma sea integral.
- Fideos: Es el segunda alimento base luego del arroz. Hay diversas de platillos japoneses en los cuales puedes preparar los fideos, entre ellos el ramen, udon, soba, somen, etc. Es importante saber que hay diferentes tipos de fideos de distintos tamaños y cada uno está destinado para un plato de comida en específico. Lo mejor es que están elaborados con trigo lo cual los hace muy saludables y además aportan hidratos de carbono.
- Soja, tofu, mijo: Todos estos son excelentes fuentes de calcio y proteínas, además de que son una excelente opción para reemplazar a los lácteos. También contienen grandes cantidades de antioxidantes, disminuyen los niveles de colesterol malo y reducen el riesgo de desarrollar diabetes, además de que son numerosos los beneficios que brindan.
- Frutas: Las frutas más consumidas por los japoneses son el caqui, la mandarina y las manzanas Fuji.
- Té verde: Es la bebida básica para toda comida, es fundamental. El té verde es excelente para la salud y muy eficaz para bajar de peso.
- Vegetales: Entre los vegetales que más presencia tienen en la dieta japonesa podemos encontrar los brotes de soja, las coles, las judías rojas, las setas, las berenjenas, la calabaza, la patata, el jengibre, los brotes de bambú, algas marinas y rábanos.
Menú de la dieta japonesa
En la dieta japonesa puedes realizar muchas combinaciones y preparar diferentes platillos, además de que son comidas muy sencillas en cuanto a su elaboración. Aquí encontrarás un ejemplo de lo que sería el menú para un día de dieta japonesa.
Desayuno
- Una taza de sopa de miso, el cual es un plato típico en los desayunos de los japoneses ya que brinda suficiente energía y una mínima cantidad de grasa. Este platillo consiste en utilizar caldo de bonito, algas, cebolleta, tofu, algas.
- Una taza de té verde.
- Una porción de mandarina.
Almuerzo
- Una taza de fideos con hongos.
- Un bol de sushi, el cual no es más que pescado crudo y un poco de arroz, y se complementa con salsa de soja.
- Una taza de té verde.
- Una porción de manzana.
Cena
- Hacer un surtido de sashimi, el cual es un platillo que cuenta con diferentes tipos de pescado, se complementa con un poco de salsa de soja y wasabi, aunque deberás tener un poco de cuidado con este último porque aunque al verlo te puede parecer que simplemente es aguacate, al probarlo te encontrarás con que es bastante picante.
- Un bol de arroz integral.
- Una porción de naranja.
- Una taza de té verde.
Además de llevar a cabo la dieta japonesa, también se sugiere que adoptes algunos de los hábitos que ellos tienen tales como meditar, salir a caminar, andar en bicicleta y disfrutar plenamente de cada día que se vive.
